Un cuento sobre amor y geografía
Érase una vez una chica que estaba enamorada de un paraguayo.
No lo puede ver y entonces se compró un mapa, para la pieza, de
América del sur, incentivada por su profesora de geografía. Fotos no
tenía. Entonces marcó con rojo a Paraguay en ese mapa. El rojo le
indicaba la pasión pero también cautela, porque no lo conocía muy bien. A
la hora del examen final, la profe de geografía justamente le preguntó sobre
Paraguay, al que la chica tenía estudiado de memoria. Y aprobó. Y al
chico no lo vio nunca.
Pero lo único bueno fue que aprobó.
Érase una vez una chica que estaba enamorada de un paraguayo.
No lo puede ver y entonces se compró un mapa, para la pieza, de América del sur, incentivada por su profesora de geografía. Fotos no tenía. Entonces marcó con rojo a Paraguay en ese mapa. El rojo le indicaba la pasión pero también cautela, porque no lo conocía muy bien. A la hora del examen final, la profe de geografía justamente le preguntó sobre Paraguay, al que la chica tenía estudiado de memoria. Y aprobó. Y al chico no lo vio nunca.
Pero lo único bueno fue que aprobó.