Un
corazón herido no puede tener paz para seguir soñando ni ir a la
farmacia en busca de vendas, porque esa herida es un filtro de aire que
le llega del mundo exterior y las farmacias no pueden hacer nada contra
el aire que después de todo y raramente, también es voluntad de Dios,
como el amor. Sí: las costumbres sociales en el amor, el aire, han
penetrado dentro del pecho en forma de viento pernicioso.Esta noche es
sulfúrica, de azufre para el alma. Después de todo, decían las abuelas
que el azufre quita el aire. Y las abuelas eran fieles, sin ningún tipo
de aire, no tenían corazón.
miércoles, 22 de enero de 2014
domingo, 19 de enero de 2014
Los hombres que no eran hombres y la antonimia de las lágrimas
Los hombres que no eran hombres y la antonimia de las
lágrimas
Un hombre es la
antonimia de la lágrima. Con el olor a macho que sale de sus poros de la piel,
te dan ganas de ponerte las ligas. Resulta que si ese hombre crea un estado de
paz en tu ser, esa liga es santa y ve tranquila al vaticano, para que te la
bendiga el Papa.
Un hombre es la
antonimia de la lágrima. Puede que trabaje como General de Ejército, pero si lo
has supido amar , te cocinará y en una silla a tu lado pasará la noche, para
consolarte por la fiebre.
Un hombre es la antonimia de la lágrima. Puede que tenga mil
defectos, pero si te abraza “ cuando los genitales se apagan” – Adolfo Bioy
Casáres- lo ves perfecto como un éter en medio de la gente.
Un hombre es la antonimia de la lágrima, pero si te ha hecho
llorar, no es porque no sea lo contrario de la lágrima, sino porque ese sujeto
no era de verdad un hombre; sólo le ha robado un nombre varonil al libro del
Registro Civil.
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