Mis nueve horas en Lima
Mis nueve horas en Lima,
fueron una tibia tina,
de tránsito en el aeropuerto,
nadie se sintió muerto,
mas todo el mundo fue experto,
en desechar al sol por el dólar,
y tener A.D.N molar
del la gran piedra del sol
que charló con el Chac Mool,
y alturas de Machu Pichu,
pasadas por scanner,
con mi corazón
sacrificado esta vez
en el equipaje.
En mi piel,
por nueve horas,
tengo de Lima un tatuaje.
— en Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
Mis nueve horas en Lima
Mis nueve horas en Lima,
fueron una tibia tina,
de tránsito en el aeropuerto,
nadie se sintió muerto,
mas todo el mundo fue experto,
en desechar al sol por el dólar,
y tener A.D.N molar
del la gran piedra del sol
que charló con el Chac Mool,
y alturas de Machu Pichu,
pasadas por scanner,
con mi corazón
sacrificado esta vez
en el equipaje.
En mi piel,
por nueve horas,
tengo de Lima un tatuaje.
— en Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.Mis nueve horas en Lima,
fueron una tibia tina,
de tránsito en el aeropuerto,
nadie se sintió muerto,
mas todo el mundo fue experto,
en desechar al sol por el dólar,
y tener A.D.N molar
del la gran piedra del sol
que charló con el Chac Mool,
y alturas de Machu Pichu,
pasadas por scanner,
con mi corazón
sacrificado esta vez
en el equipaje.
En mi piel,
por nueve horas,
tengo de Lima un tatuaje.
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