sábado, 4 de febrero de 2017

Mi aniversario de bodas

5 de febrero de 2010
5 de febrero de 2017
En siete años viví la historia de amor que un hada, mi mamá fallecida, me envió desde donde está.
No todo fue rojo de felicidades. Pero , como pocas personas saben hacer, transformé el problema gris en amarillo, y lo lavé tanto, que ha blanqueado.
Me llaman la lavandina.
La mayoría del tiempo, la paz de mi espíritu, hizo que me sintiera feliz , con el objetivo cumplido de haber encontrado mi amor de mi vida, y entonces, como ya no deseaba seducir a nadie y sé que mi esposo me ama así sea una ballena, comí todo lo que quise y digerí con alegría. Subí veinticinco kilos desde el día del casamiento. Algo que no me aflige en absoluto, y a mi esposo, menos. Porque quien te ama, te ama el alma y no el cuerpo. Y como me ama mucho, eso le hace verme lindo el cuerpo también. Siempre me dice " Qué tetas maravillosas. Mira lo que son ( perdón. Somos adultos) ." Hasta hace una semana me saca fotos sin ropa.
Es porque me ve bella, gente. Aunque haya engordado.
Y eso me dice mucho de él. Que es un ángel. Creo que sí. Nadie tan valiente ni fóbico a la corrupción como él. Es sencillo. Hemos comido fideos y también pavita con acelga. Hemos vacacionado en Junin y también en México y por un poquito no nos fuimos a Berlin. O sea, el matrimonio es abundancia y escasez, problemas que se lavan con la lavandina del amor y felicidades .
Y paz.
De esa que te dice que sabes que la vida te dio la persona correcta.
Y esto sigue....El camino recién empieza. Siete años es nada.

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